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Los traumatismos faciales son impactos sufridos en la cara debido a un acto violento, como un golpe de pelota, un accidente automovilístico o una caída de bicicleta. En casos leves, un trauma no suele tener consecuencias de importancia, pero en el caso de grandes impactos, las secuelas pueden ser nefastas; incluyendo fracturas maxilares y pérdida de dientes.
Las lesiones traumáticas dentales y maxilofaciales son frecuentes y afectan en todo el mundo aproximadamente al 20% o 30% de las denticiones permanentes, a menudo con graves consecuencias estéticas, funcionales, psicológicas y económicas.
Con una incidencia tan alta de lesiones, la prevención de los traumatismos en la región maxilofacial se convierte en un objetivo primordial. El enfoque preventivo se basa en la identificación de sus principales factores causales y en la aplicación de medidas destinadas a evitarlos o reducir su impacto.
Este artículo revisa la etiología y la estrategia preventiva de las lesiones dentales por trauma y examina la fabricación y utilidad de ciertos aparatos protectores, especialmente los de uso oral.
Estrategias de Prevención para Evitar los Traumatismos Dentales
Varios estudios epidemiológicos han examinado la etiología de estas lesiones. Sin embargo, solo unos pocos han ofrecido información acerca de las medidas preventivas que podrían instituirse para evitarlas.
Al parecer, las lesiones en los mayores de 7 años ocurren con mayor frecuencia durante la actividad deportiva. Afortunadamente, el deporte es la actividad para la que las medidas preventivas parecen ser factibles y suelen ser eficaces en la reducción de la frecuencia y gravedad de los traumatismos bucales.
Los accidentes de tránsito son la siguiente causa más frecuente de traumatismo bucal, y aquí también son muy factibles medidas preventivas para evitar o reducir las consecuencias de los impactos severos. Utilizar siempre el cinturón de seguridad, equipar el vehículo con sistemas de bolsas de aire y evitar beber alcohol mientras se conduce; son medidas capaces de reducir los traumatismos dentofaciales de este tipo hasta en un 80%.
Un número significativo de lesiones orales y dentales son el resultado de deportes de contacto como fútbol Americano, baloncesto, rugby, fútbol, boxeo, lucha libre o “deportes con palos”. Sin embargo, cada vez hay más indicios de que las lesiones bucales y dentales ocurren con tanta o mayor frecuencia durante el juego o las actividades de ocio de los niños. Por ejemplo, en un estudio reciente de nuestro país, casi la mitad (48%) de los 1.275 infantes heridos, fueron reportados como sucesos ocurridos durante las horas de actividad escolar.
Los accidentes deportivos y de tránsito fueron menos frecuentes en la muestra. Los accidentes en la práctica deportiva organizada representaron solo el 8% del total de lesionados, similar al número de personas afectadas por actos de violencia personal. Los investigadores concluyeron que probablemente solo un tercio de las lesiones pudieran haber sido prevenidas.
Otro estudio foráneo arrojó resultados muy similares a partir de una muestra de 3.655 reportes hechos a una importante compañía aseguradora de Dinamarca. En él, el 7% de los reportes por traumatismos dentales se debieron a la práctica de deportes organizados, mientras que el 93% a otras causas variadas e inevitables. En ambos estudios, los investigadores concluyeron que no es fácil prevenir las lesiones dentales, ni crear pautas fiables para su prevención.
Con base en estos estudios, parece que promover el uso de protectores bucales y máscaras faciales durante la práctica deportiva, es una medida insuficiente para mejorar las estadísticas de lesionados por estos traumas.
La Educación Como Mejor Herramienta
La mejor medida estratégica para prevenir las lesiones dentales y bucales, probablemente sea la educación. La educación debe estar dirigida por igual a los niños, adolescentes y adultos, así como a los padres, maestros y líderes comunitarios; particularmente en las regiones de alta incidencia.
Se debe brindar información sobre cómo evitar lesiones y cómo manejarlas, preferiblemente en el lugar del siniestro. Esta educación debe estar dirigida a ambos sexos por igual, aunque el sexo masculino sea siempre un poco más propenso a los traumatismos.
Deben intentarse medidas estratégicas especiales para personas de alto riesgo, como aquellas con protrusión maxilar grave o hipoplasia mandibular (dientes volados), ya que se ha demostrado que las probabilidades de sufrir un traumatismo dental severo, están muy relacionadas con este tipo de maloclusión esquelética. Incluso, se recomienda en estos casos, completar el tratamiento de ortodoncia en la dentición mixta, antes de los 11 años de edad; para reducir el riesgo de fractura de los incisivos superiores.
Además, es recomendable brindar asesoramiento especial a las personas que presenten antecedentes de traumatismo oral previo, ya que tendrán más probabilidad de sufrir una nueva lesión, en comparación con los que nunca han experimentado una. Se ha informado que el riesgo de sufrir lesiones múltiples es 8,4 veces mayor cuando el primer episodio traumático ocurrió antes de los 9 años de edad, en comparación con los que lo sufrieron después de los 12. Por lo tanto, los niños pequeños deben recibir atención especial.
Las campañas de información, ya sea a través de la televisión, periódicos o mediante la distribución de folletos y carteles; también son estrategias útiles para la prevención de lesiones dentales traumáticas. Todos los niños deben conocer los primeros auxilios pertinentes a este tipo de lesión. Maniobras como intentar reimplantar un diente avulsionado inmediatamente o, alternativamente, almacenarlo en leche o debajo de la lengua antes de correr a casa en busca de ayuda, deben ser de conocimiento general.
No solo se debe educar a los niños sobre el trauma dental, sino también a quienes los cuidan, especialmente a aquellos que son responsables de su seguridad durante la escuela y las actividades organizadas. En la mayoría de los casos, una simple hoja de instrucciones, es suficiente para garantizar que los pacientes lesionados reciban la atención de emergencia adecuada en el lugar del accidente.
Aparatos para Prevenir las Lesiones Dentales
Los impactos traumáticos provocan una acumulación aguda de energía cinética que se libera sobre los tejidos duros y blandos de la boca, lo que resulta en laceración, contusión o fractura de los mismos. Los dispositivos de protección (como los protectores bucales) para reducir los efectos de los impactos, pueden actuar impidiendo que sus fuerzas alcancen la región bucal; o amortiguando, absorbiendo y distribuyendo esas fuerzas sobre un área de superficie mucho mayor.
Durante los deportes y otras actividades en las que existe el riesgo de caerse o ser golpeado por un objeto, el uso de un protector facial o protector bucal parece ser la única forma de prevenir, o al menos reducir significativamente, la gravedad de las lesiones dentales.
Se ha informado que antes del mandato de obligatoriedad de usar protectores faciales y protectores bucales en el fútbol Americano de las escuelas secundarias de los Estados Unidos, las lesiones faciales y orales constituían hasta el 50% de todas las lesiones reportadas en ese deporte. Posterior al mandato, se observó una disminución muy significativa en las lesiones padecidas, de hasta un 90%.
Otro mecanismo común de lesión bucal son los accidentes de tránsito. El uso del cinturón de seguridad en el automóvil y casco con mentonera cuando se conduce una motocicleta, es obligatorio en muchos países. Los cascos para ciclistas más utilizados brindan una buena protección contra las lesiones en la cabeza, como se demostró en Victoria, Australia, cuando después de 1 año de su uso obligatorio, hubo una reducción del 48% de este tipo de lesiones en los ciclistas. Desafortunadamente, estos mismos cascos no ofrecen protección bucal o dental.
Protectores Faciales
Un protector facial suele ser una especie de jaula prefabricada de metal o material compuesto, que se fija a un casco o una correa para la cabeza. Los protectores hechos de plástico de policarbonato transparente ya están disponibles, ya sean prefabricados o hechos a medida. Estos protectores faciales parecen brindar una buena protección a la cara y los dientes, pero no son aplicables a todas las actividades y, en muchos casos, no protegen los dientes si el individuo recibe un golpe debajo del mentón.
Con la aparición de muchos nuevos compuestos a base de fibra, los protectores faciales fabricados a medida se han popularizado y hecho muy asequibles. Sin embargo, se deben realizar mayor cantidad de estudios que confirmen sus beneficios.
Protectores Bucales
Los protectores bucales o férulas deportivas son dos nombres diferentes para la misma cosa: un dispositivo que se coloca sobre los dientes para protegerlos de golpes y traumatismos. Los protectores bucales son una pieza importante del equipamiento deportivo de cualquier persona que participe en un deporte que involucre caídas, contacto corporal o altas velocidades. Esto incluye fútbol, baloncesto, béisbol, fútbol Americano, hockey, patineta, gimnasia, ciclismo de montaña, motociclismo y cualquier otra actividad que pueda resultar en una lesión bucal.
Los protectores bucales generalmente cubren los dientes superiores y están especialmente diseñados para evitar las fracturas dentales, los cortes labiales y otros daños en la boca. Si el paciente usa aparatos de ortodoncia u ortopedia maxilar fija, el Odontólogo podría sugerir un diseño especial personalizado.
Función de los Protectores Bucales
Se ha sugerido que un protector bucal debe proteger a su usuario contra las lesiones de cuatro formas diferentes:
- Absorbiendo y desviando los golpes que se dirigen hacia los dientes.
- Protegiendo los labios, la lengua y los tejidos gingivales de la laceración.
- Evitando que los dientes de ambas arcadas entren en contacto violento.
- Proporcionando a la mandíbula un soporte elástico que absorba los impactos y evite las fracturas del cóndilo y ángulo mandibular.
¿Cuáles Son los Diferentes Tipos que Existen?
Independientemente del tipo de protector bucal que se elija, este deberá ser cómodo y resistente. También deberá ajustarse correctamente y no restringir el habla ni la respiración. Los tres tipos de protectores bucales básicos son:
- Protectores Bucales a Medida Se diseñan y fabrican individualmente en el consultorio de su Odontólogo o en un laboratorio dental profesional. Como cabe esperar, proporcionan el ajuste más cómodo y la mejor protección. El Odontólogo toma una impresión de los dientes y luego construye el protector bucal sobre un modelo de yeso. Debido a que se ajustan y se sienten mejor, la mayoría de los atletas de alto rendimiento prefieren estos protectores bucales personalizados. Sin embargo, también son los más costosos.
- Protectores Preformados Vienen en una presentación preformada que se puede alterar hirviendo el aparato en agua para luego morder el plástico tibio y ajustarlo a la boca del paciente. Se pueden comprar en muchas tiendas de artículos deportivos y pueden ofrecer un mejor ajuste que los protectores bucales de stock. Si elige este tipo, siga al pie de la letra las instrucciones para evitar terminar con un protector bucal deficiente y mal ajustado.
- Protectores Bucales Prefabricados o de Stock Son económicos y vienen preformados, listos para usarse. Desafortunadamente, a menudo no encajan muy bien. Pueden ser voluminosos y dificultar la respiración y el habla.
Fabricación de los Aparatos
Organizaciones como la Federación Dental Internacional (FDI) han estipulado y publicado criterios específicos para la construcción de un protector bucal eficaz. La mayoría de estas recomendaciones establecen lo mismo:
- Debe ser confeccionado con un material resistente que se pueda lavar, limpiar y desinfectar fácilmente.
- Debe poseer una retención adecuada para permanecer en posición durante la actividad deportiva y permitir una relación oclusal normal, para así brindar la máxima protección posible.
- Debe absorber y dispersar la energía de un golpe o impacto, cubriendo el arco dental superior, excluyendo interferencias, reproduciendo la relación oclusal, permitiendo la respiración bucal y protegiendo los tejidos blandos.
Además, la FDI también recomienda que los Odontólogos fabriquen los protectores bucales a partir de una impresión de los dientes del atleta, es decir, que sean 100% personalizados.
¿Cada Cuánto Tiempo Deben Ser Reemplazados?
Idealmente, los protectores bucales deben reemplazarse después de cada temporada, porque pueden desgastarse con el uso y perder su ajuste. El reemplazo es especialmente importante en los adolescentes, ya que sus bocas continúan creciendo y los dientes continúan desarrollándose hasta la edad adulta.
Muchos atletas se fabrican protectores bucales nuevos cada 6 meses, cuando van a su chequeo y limpieza dental periódica.
“El Uso de un Protector Bucal Durante la Práctica de los Deportes de Contacto o Alto Riesgo, Es Una De las Acciones Más Importantes en Odontología Preventiva”.
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