Signos y Síntomas de la Disfunción Masticatoria o “Mala Mordida”

La articulación temporomandibular (ATM) es la que relaciona a la mandíbula con el cráneo. Permite la apertura y cierre de la boca, además de todos los movimientos que se realizan al hablar, comer y gesticular. Es una articulación similar a la de otras partes del organismo, estando constituida por un menisco, dos superficies articulares y una serie de ligamentos.

Cuando los dientes no están bien alineados y dispuestos en las arcadas, al cerrar la boca la mandíbula no encaja adecuadamente con el maxilar superior, lo que le obliga a desviar su trayectoria para lograr un mejor ajuste o acomodo. Este hábito postural causa fatiga y espasmos de los músculos masticatorios, y estos a su vez, sobrecargan y alteran el funcionamiento normal de los ligamentos y articulaciones temporomandibulares. 

Es así, que con el paso del tiempo, aparecen dolores en la región facial y ruidos perceptibles en las articulaciones al abrir y cerrar la boca. Cuando esto sucede, hablamos entonces de una disfunción masticatoria o enfermedad oclusal, o popularmente, “mala mordida”.

Al mismo tiempo, la enfermedad oclusal puede ser causa o consecuencia del bruxismo. El bruxismo o apretamiento dental es la actividad nociva más frecuente para el sistema masticatorio. Es un hábito muy arraigado en la sociedad moderna, relacionado con situaciones de tensión emocional o estrés, ansiedad y pequeñas frustraciones cotidianas. Es más frecuente que se manifieste durante el sueño, una vez que han desaparecido los mecanismos de alerta. Este hecho impide que seamos conscientes de ello.

Existen además otra serie de factores que también pueden favorecer la aparición de este tipo de disfunción, como por ejemplo: el desplazamiento de los dientes hacia los espacios dejados por extracciones o pérdidas dentarias cuando no son reemplazadas a la brevedad, prótesis mal ajustadas, tratamientos odontológicos iatrogénicos y algunos hábitos frecuentes.

Dentro de ellos, el hábito de morderse las uñas (onicofagia), la masticación compulsiva de chicle, la costumbre de morder semillas y la manía de mordisquearse los labios o carrillos; son también conductas capaces de alterar el equilibrio oclusal.

Sin embargo, lo habitual es que para que se inicie y progrese una disfunción masticatoria, se combinen al mismo tiempo varios de los factores descritos. El resultado puede llegar a ser la aparición de lesiones en las articulaciones temporomandibulares que darán lugar a chasquidos, dolor y ocasionalmente bloqueos de las mismas.

A continuación describiremos los principales signos y síntomas de la enfermedad oclusal, para que esté siempre atento y pueda exigir un diagnóstico precoz por parte de su Odontólogo, o al menos, una remisión al Especialista más indicado.

Signos y Síntomas de la Enfermedad Oclusal

Evaluar si el paciente tiene “mala mordida” es mucho más simple de lo que la mayoría de la gente piensa. Si la persona presenta uno o más de los ocho signos y síntomas que describiremos a continuación, deberíamos sospechar de la existencia de una oclusión patológica, y por ende, dedicar tiempo al estudio del caso para corroborar o descartar la disfunción.  

Los ocho principales signos y síntomas que caracterizan a la enfermedad oclusal son:

1- Desgaste Oclusal Patológico y Fracturas Frecuentes de Dientes y Restauraciones 

Casi cualquier persona puede detectar el desgaste patológico de los dientes casi de inmediato. El desgaste oclusal es multifactorial, una combinación de fricción funcional, erosión y abrasión. Las personas que observan un desgaste excesivo en su dentadura, deben siempre inferir que su mordida no es correcta. Igual si se le astillan o parten los dientes con frecuencia o se le caen con facilidad las amalgamas o resinas que le hace su Odontólogo.

2- Hipersensibilidad de la Dentina Cervical

Algunos pueden sorprenderse al saber que muchos casos de hipersensibilidad dental son causados por un trauma oclusal, y que el ajuste de la mordida es sin duda la modalidad de tratamiento más indicada para eliminarla.

Desafortunadamente esto es desconocido por muchos Odontólogos, que intentan otros tratamientos sin éxito para resolver la molestia. Colocan flúor, barnices, sellantes, restauraciones y hacen hasta tratamientos de conducto; sin percatarse que el problema está en la mordida.

Si Usted sufre de hipersensibilidad dental sin motivo aparente o si todos los esfuerzos de su Odontólogo para eliminarla han fallado, es muy probable que padezca alguna forma de enfermedad oclusal.

3- Hipermovilidad Dental

Si alguna vez Usted siente que sus dientes se mueven y aflojan, lo más probable es que tenga periodontitis o enfermedad periodontal. Sin embargo, existen casos en los que los dientes tienen gran movilidad a pesar de no haber perdido el hueso que los sostiene. 

En estas circunstancias lo correcto es que el Odontólogo le indique un estudio radiográfico para poder evaluar los tejidos de soporte y hacer un diagnóstico diferencial. Si por casualidad su Odontólogo considerara la posibilidad de extraer los dientes con movilidad severa de buenas a primera, sugiérale que antes estudie el caso y descarte el trauma oclusal, ya que de ser la causa, el pronóstico es bueno; y los dientes pueden estabilizarse después del tratamiento.

4- Fremitus Dental

El frémito o fremitus dental es una vibración o pequeña movilidad que se siente en los dientes anteriores cuando los pacientes muerden de forma natural, en máxima intercuspidación. Esta movilidad tiene efectos negativos a largo plazo como la separación o proclinación de los dientes anteriores, y posiblemente, pérdida ósea de su hueso de soporte.

La oclusión patológica suele ser la culpable del frémito en los dientes anteriores, una condición que amenaza seriamente su salud y permanencia en la boca. Similar a la hipermovilidad, el frémito también es un signo de enfermedad oclusal.

5- Abfracciones 

La abfracción es una forma de pérdida de tejido dental no cariado que se produce a lo largo del margen gingival. En otras palabras, la abfracción es una pérdida mecánica de la estructura del diente que no es causada por caries, ubicada a lo largo del margen de las encías.

El tejido del diente se debilita gradualmente en esa zona provocando la pérdida de estructura a través de astillamientos, fracturas y desgastes sucesivos; dejando una lesión no cariosa en la superficie del diente. Estas lesiones afectan tanto a la dentina como al esmalte del diente. 

Al detectar este tipo de lesión, el profesional debe siempre descartar una etiología oclusal.

6- Pérdida Ósea Vertical y Destrucción Ósea Localizada Secundaria a la Enfermedad Periodontal

La pérdida ósea vertical o destrucción ósea localizada es otro signo de disfunción masticatoria. La literatura demuestra claramente que la movilidad de los dientes acelera la pérdida ósea en pacientes con compromiso periodontal. Por lo tanto, una serie radiográfica que evidencie una enfermedad periodontal generalizada con pérdida ósea acelerada en zonas muy específicas, puede ser un signo sugestivo de trauma oclusal.

7- Dolor y Espasmos de los Músculos Faciales y Masticatorios

Este síntoma y el siguiente, se han colocado intencionalmente en los dos últimos lugares, y no porque sean menos importantes que los anteriores, sino porque los otros seis síntomas se pasan por alto con mucha más frecuencia. 

La mayoría de los Odontólogos asocian rápidamente el dolor de las articulaciones y músculos faciales con problemas de oclusión, y lo hacen por una buena razón. Los músculos faciales y masticatorios hipertónicos, que a menudo pueden también desencadenar dolores de cabeza, son causa frecuente de dolor; pero los pacientes rara vez informan de estos síntomas a su Odontólogo porque piensan que no están relacionados con la Odontología. 

Si es su caso y ha ido al Médico varias veces sin encontrar solución al problema, coméntelo con su Odontólogo, ya que una maloclusión podría ser el origen de las cefaleas.  

8- Dolor y Ruidos a Nivel de la Articulación Temporomandibular (ATM) 

La “mala mordida” provoca hipertonicidad y desequilibrios funcionales en la musculatura masticatoria, y esta a su vez, hace que los ligamentos que controlan el movimiento del menisco articular funcionen de forma incorrecta y asincrónica. De este modo, el menisco se adelanta o se retrasa en relación al desplazamiento del cóndilo mandibular, lo que le obliga a brincar de repente para recuperar su posición. Es allí cuando se produce el click o chasquido.

El dolor se produce por sobrecompresión, acumulación de cargas excesivas e inflamación de los diversos componentes intracapsulares de la articulación. 

Importancia del Diagnóstico Temprano

La enfermedad oclusal, si no se trata, se convierte en un proceso destructivo crónico que puede afectar todas las partes del aparato masticatorio; principalmente dientes, músculos y articulaciones.

Si una disfunción masticatoria simple o incipiente no es detectada y tratada a tiempo, puede evolucionar y convertirse en un verdadero desorden temporomandibular. En casos extremos, esta patología podría conducir al desgaste total de las coronas de los dientes, el menisco articular y el cóndilo mandibular; generando una osteoartritis a nivel de la articulación temporomandibular (ATM).

La osteoartritis a ese nivel representa un fenómeno degenerativo severo, muy doloroso y que impide para siempre el movimiento mandibular (la persona ya no podrá abrir la boca). En estos casos, para recuperar la función, el paciente debe someterse a grandes cirugías maxilofaciales para reconstruir la articulación con injertos autólogos y prótesis aloplásticas.   

Un diagnóstico temprano de la disfunción masticatoria preservará la salud de sus dientes, encías, músculos y articulaciones; le ahorrará muchas molestias, grandes cirugías y mucho dinero.

Tratamiento de la “Mala Mordida”

Muchos autores consideran que la disfunción masticatoria no se puede curar, pero se puede tratar y controlar con la terapia oclusal adecuada. Aunque el alcance de este post no puede incluir una discusión extensa sobre las diversas opciones de tratamiento, lo más importante es saber que después de identificar cualquiera de los ocho signos y síntomas antes expuestos, el profesional debe confirmar el diagnóstico y dedicar tiempo suficiente para explicar al paciente todas las implicaciones de su disfunción.

El diagnóstico implica una minuciosa valoración clínica, la práctica de estudios radiográficos que incluyen tomografías y resonancias magnéticas, y por supuesto, un análisis de oclusión con la ayuda de articuladores ajustables.

La educación es el factor principal para lograr la aceptación del tratamiento y el éxito clínico, tanto para el tratamiento interceptivo, funcional y/o estético; ya que la colaboración del paciente es indispensable en este tipo de patología. 

La terapia inicial más común sería una guarda nocturna como medida preventiva, para frenar el daño causado por la disfunción. El tratamiento definitivo incluye el uso de férulas de reposicionamiento mandibular, el ajuste oclusal por desgaste selectivo y procedimientos de ortodoncia y/o rehabilitación oral con prótesis fija en los casos más severos.

“Es Muy Frecuente que las Primeras Manifestaciones de la Disfunción Masticatoria Pasen Desapercibidas, Tanto Para el Paciente como Para el Profesional”.

DENTAL TIP

Forme Parte de la Solución y No del Problema…

La enfermedad oclusal a menudo no se diagnostica a tiempo, aunque los Odontólogos tratan sus efectos casi a diario. La disfunción masticatoria es destructiva, perjudica el funcionamiento normal del sistema estomatognático y su tratamiento en estados avanzados es costoso para el paciente. 

Los Odontólogos deberían implementar en su rutina diaria de exámenes el despistaje de este tipo de problemas, sin embargo, es algo que por lo general no ocurre. Pero ahora, Usted conoce los 8 principales signos y síntomas de la “mala mordida”, y puede estar pendiente e identificarlos con facilidad. A la brevedad posible, podrá visitar a su Odontólogo, describirle la situación y exigirle la práctica de un análisis de oclusión; bien sea para descartar o confirmar la disfunción masticatoria.

Si el resultado es positivo, el Odontólogo deberá implementar de inmediato una terapia oclusal conservadora, comenzando con la confección de protectores nocturnos. Luego, podrá referirle con un Gnatólogo o Especialista en oclusión dental.

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Dr. José Miguel Gómez Díez

Odontólogo Especialista en Ortodoncia, Coordinador Clínico de DENTAL VIP, Especialidades Odontológicas s.c. y verdadero apasionado del análisis, discusión, comunicación y difusión de la información científica.

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